¿Todavía es posible remediar y preservar los cenotes Yucatecos?
Introducción:
La Península de Yucatán es
conocida por albergar una gran cantidad de ecosistemas terrestres, pero en
especial marinos. Entre ellos se encuentran cuerpos de agua dulce importantes
para la vida de muchos organismos, entre ellos los seres humanos. Acerca de ello,
Jiménez Cisneros menciona que, del total de agua en el menciona que, del total
de agua en el mundo, se calcula que menos del 2% está disponible para
satisfacer las necesidades humanas (2001), reflejando así la importancia de
dichos recursos. El acuífero es una de las principales reservas de agua dulce
que se encuentran en la Península almacenando hasta un porcentaje considerable
de las precipitaciones. En él se encuentran ecosistemas tan emblemáticos como
los cenotes, razón por la que es de suma importancia. Diversas circunstancias
lo posicionan en riesgo actualmente, aumentando los factores que alteran su
equilibrio. Es probable que si no se toman acciones ahora, todo se pierda.
Los cenotes son cuerpos de agua
subterráneos que se conectan al acuífero de la Península de Yucatán. La
Encyclopedia of Biomes define un ecosistema como: “una red de organismos que se
han adaptado a un entorno particular” (2000), debido a ello, los cenotes pueden
ser catalogados como ecosistemas donde habitan diversas especies, además de
representar una invaluable reserva de
agua de dulce en la región. También contribuyen en el equilibrio de otros
ecosistemas y de la vida misma, debido a su valor y utilidad para los
organismos vivos residentes.
Por sus características, una parte
considerable de los cenotes son usados como atracción turística para visitantes
nacionales e internacionales recibiendo cientos de personas diariamente.
Gracias a esto, los factores de riesgo que enfrentan, se incrementan
gradualmente, añadiendo el escaso cuidado y mantenimiento que se les brinda.
Por ello, organizaciones como la Secretaria de Desarrollo Urbano y Medio
Ambiente de Yucatán ofertan un número de cenotes considerados idóneos para el
turismo, además de incluir un reglamento y especificaciones destinadas a las
personas que deseen visitarlos (2013). Sin embargo, no es difícil darse cuenta
de que la mayoría de los interesados ignoran tales especificaciones y no existe
una autoridad encargada de supervisarlos. Por tanto, el gobierno y las dependencias
relacionadas deben exigir que el turismo tome en consideración las esferas
ecológica, social y económica, para hacer un uso sustentable de los recursos
naturales.
Actualmente, el turismo es una
fuente importante de ingresos en toda la Península debido a su riqueza natural.
Ahí los ecosistemas marinos constituyen espacios que son ofrecidos a las personas que deseen visitarlos con un
fin lucrativo, siendo los cenotes uno de los más populares entre los turistas.
En consecuencia, el gobierno ha permitido que la población local los utilice
como una fuente de ingresos interna. Pero, al abrir los espacios al público es
de vital importancia brindar cuidados específicos para preservar la salud y
calidad de los cenotes, y con ello, la integridad de los visitantes. Sin
embargo, el costo elevado que conlleva, hace que el mantenimiento no sea una
prioridad para los intereses de los encargados, al respecto Jiménez Cisneros
menciona:
En el aspecto
económico, el empleo del agua para actividades recreativas es cara, debido a la
necesidad de un tratamiento seguro (cuyo grado depende del nivel de contacto
con el usuario), contra una serie de beneficios que son difíciles de
cuantificar en términos económicos (2001, p. 195).
Así, se genera un manejo poco
eficiente en el turismo, provocando la alteración de los cenotes y los otros
ecosistemas marinos abiertos al público.
Todo
lo anterior apunta a que la contaminación es uno de los principales problemas
que enfrentan los cenotes. Existen diversas causas de contaminación, pero cada
una de ellas tiene un impacto diferente; un ejemplo es la contaminación natural
que ocurre cuando se produce un aumento de nutrientes y minerales; que son
dispersados y eliminados naturalmente sin causar mayores daños. Por el
contario, la contaminación verdaderamente grave está directamente relacionada
con las actividades antropogénicas desarrolladas en la región, mismas que
generan residuos o compuestos tóxicos que, según Fayanás son difíciles de
eliminar debido al lento movimiento de las aguas subterráneas, además de
existir una mayor dificultad en la detección y tratamiento de las aguas
contaminadas debido a su localización de complejo acceso tanto para los
expertos como para el equipo y materiales necesarios (2011).
Los cenotes forman parte de los
recursos naturales, por lo que dependencias gubernamentales en materia
ambiental son las encargadas de regular y brindar las condiciones necesarias
para preservarlos. Dichas autoridades tienen la facultad y obligación de
“aplicar las disposiciones jurídicas relativas a la prevención y control de la
contaminación generada por fuentes fijas que funciones como establecimientos
mercantiles o de servicios” (DOF 30521, 2005). A pesar de ello, la postura del
gobierno no ha sido correctamente establecida en temática ambiental. Prueba de
ello es que no se han realizado acciones específicas y contundentes para un
manejo correcto de los recursos naturales, y en consecuencia, se están
deteriorando cada vez más.
La situación actual de los
recursos hídricos, no parece prometedora a futuro; sin ir tan lejos, los
cuerpos de agua cada vez se deterioran más. Con el paso del tiempo la demanda
de agua amenaza la sustentabilidad de la explotación del acuífero (SEMARNAT,
2016). Además, situaciones como el crecimiento de la población y la
urbanización de zonas aledañas contribuye a la contaminación por hidrocarburos
(Sandoval &Lizardi, 2019) y otras sustancias. Un estudio realizado en 48
cenote de carácter turístico informa que “La presencia de coliformes totales y
fecales indica que las aguas de todos los cenotes muestreados están
contaminadas con materia fecal” (Hogesteijin et al., 2015, p. 172). Remediarlo
todavía es posible, para ello existen diversos procesos que contribuyen a
mejorar la calidad del agua dependiendo del tipo de contaminante. Dichos
procesos poseen un alto costo, mismo que es posible gestionar sin impactar a la
economía, sólo es necesaria la información y contribución de la sociedad.
Conclusión:
La contaminación es un grave
problema, pero no es el único; la ignorancia también forma parte de la
problemática y puede tornarla incluso más grave. México ahora también forma parte
de la lista de países con escasez de agua consecuencia del uso desmedido y la
contaminación de cuerpos subterráneos (Dávila & De León, 2011). Teniendo en
cuenta lo anterior, es importante tomar medidas ahora; la contaminación
existente todavía es remediable. La sociedad no se debe deslindar de la
situación, al igual que el gobierno,
toda la población es responsable de cuidar y mantener los recursos
naturales. Es necesario iniciar con la disminución de residuos sólidos que se
generan y desembocan en las aguas subterráneas. También es importante tomar en
cuenta y respetar los reglamentos que existen al visitar este tipo de lugares;
pues aun siendo poco eficientes, buscan disminuir el impacto sobre los
recursos. Sobre todo, la medida más importante que se puede llevar acabo es la
documentación, estar informados es una de las mejores estrategias que quedan,
porque una sociedad informada pondrá en marcha las acciones necesarias para
conservar un recurso tan importante y no tendrá que afrontar el desequilibrio
natural que traerá la ausencia de agua limpia y la pérdida de especies.
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Referencias:
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